Capítulo XIII EL PENSAMIENTO POSITIVO PUEDE DISIPAR LOS MIEDOS Y LAS PREOCUPACIONES de CLAUDE BRISTOL en EL PODER ESTA EN USTED





XIII

EL PENSAMIENTO POSITIVO PUEDE DISIPAR LOS MIEDOS Y LAS PREOCUPACIONES



Todos nosotros nos sentimos inclinados a calcular y pesar las cosas, dejando que el lado negativo ocupe el primer plano, y nuestros pensamientos se evidencian en las observaciones siguientes: "No puede ser"; "Tengo miedo"; "¿Qué ocurrirá si lo hago?"; "La gente no comprende"; "No vale la pena"; "No tengo tiempo" y coartadas verbales similares. Si usted no ha expresado estos pensamientos a sí mismo, otros se los habrán expresado a usted, y, mediante el poder de la sugestión, lo ha aceptado como conclusiones propias.

Para progresar se necesita ser un tipo afirmativo, y usted debería saber, por ahora, el modo de convertirse en un tipo afirmativo.

El tipo negativo se hunde antes de comenzar, la naturaleza se encarga de estas situaciones, mediante la vieja ley de la supervivencia de los mejores.

Sabemos que en las épocas de la antigua Esparta se dejaba a los niños entregados a sus recursos y sólo a los que sobrevivían se les daban nuevas oportunidades.

El tipo negativo es un desertor; o, expresándolo de otra manera, el desertor es un tipo negativo. No hay razón de comenzar a atacar a todo el mundo, sólo con el fin de iniciar algo. Pero igualmente, es triste asunto ponerse a la defensiva en todo cuanto se intenta en la vida, y esto es un signo negativo.

La persona que no quiere ser vencida, no puede ser vencida.

Si lo pillan de improviso y de repente se pone a la defensiva, trate de evitarlo. Tome la ofensiva en cuanto pueda, porque si permanece a la defensiva está vencido.

Uno de los mayores enemigos de la vida será siempre el miedo. Esto es lo que hace negativas a muchas personas, lo que les impide asumir y mantener una actitud positiva. El miedo es el Gran Destructor. Si el miedo domina la vida de uno, no logrará nada que merezca la pena.

Hace unos 3.500 años, Job dijo: Lo que más temía me ha sucedido, y lo que más me aterraba ha venido a mí.

Ciertamente le sucedió, porque él, en su imaginación, concibió aquellas cosas... usó la ley inmutable para atraérselas.

Así como uno crea cosas buenas manteniendo constantemente pensamientos positivos, se crean cosas malas las cosas que uno teme teniendo constantemente pensamientos negativos.

Si ha leído hasta ahora, tiene que darse cuenta que cuando uno cuida de sus pensamientos, sus pensamientos cuidan de uno. Como esto es cierto, ¿Qué prefiere?, ¿tristezas, preocupaciones, mala salud, fracaso, o salud, dinero, felicidad y éxito? Esto es cosa suya. Sólo usted puede guiar sus pensamientos y el modo en que emplee su voluntad, para mantener positivos sus pensamientos, es cosa que depende únicamente de usted.

Nuestro difunto presidente Franklin Delano Roosevelt hizo una estupenda declaración cuando dijo: "Lo único que tenemos que temer es el miedo".

Sabía de lo que hablaba, y los millones de seres que le oyeron esta declaración, sabían que lo sabía, porque no tenían más que comprobar el efecto del miedo en sus vidas para darse cuenta de que el miedo en sí era aún peor que las cosas que temían.

Frecuentemente es más fácil enfrentarse con algo que se ha temido, que anticipar el enfrentarse con ello, porque la imaginación generalmente exagera, por el miedo, lo que uno ha temido que le suceda. Hay mucha gente que se avergüenza cuando finalmente se ve frente a una situación que ha temido, y se da cuenta de que no es tan mala ni tan difícil como había creído.

ELIMINE SUS IMÁGENES PAVOROSAS

Debe recordar siempre que ya que piensa por medio de imágenes, cualquier imaginación equivocada que entra en la conciencia, con intensas sensaciones de miedo detrás de ella, es como una semilla que arraiga en la mente y, a su debido tiempo, reproduce acontecimientos similares en su vida.

Para protegerse del creciente efecto de las malas reacciones, o de los miedos recurrentes, hay que adquirir la habilidad de dominar sus sentimientos. Usted es, más o menos, una víctima del miedo y de la preocupación, si se sorprende expresando sentimientos y aprensiones como los siguientes:

—Estoy tan preocupado, que no pienso bien.

—Tengo la sensación de que nada que yo intente va a salir bien.

—He perdido la fe en mí, y en Dios.

—Estoy tan nervioso que llevo varias semanas sin dormir.

—No puedo reponerme del golpe recibido.

—Comprendo que no debo hacerlo, pero estoy lleno de odio, resentimiento y temor.

—He perdido todo interés por la vida, me quitaría de en medio si no me asustase hacerlo.

—El médico dice que si no aprendo a dominar mis miedos y mis preocupaciones me mataré.

Esas observaciones, ¿le recuerdan las suyas? En tal caso, es hora de que se apure y elimine esta
actitud negativa y derrotista  

Miles de hombres y mujeres me han escrito o me han dicho que el miedo y las preocupaciones los hunden, pero que no pueden elevarse por encima de dichos sentimientos. Querrían tener una varita mágica, decir "Abracadabra" y de ese modo disipar sus miedos y sus preocupaciones. Esto sería mucho más fácil que trabajar en sí mismo, aplicando el conocimiento que he dado en este libro. Pero tengo que decirle con toda franqueza: por mucho que yo quisiera ayudarlo, la ley no opera así. Mientras no haga más que quejarse de las condiciones que se ha atraído, mediante sus pensamientos de miedo, esas desdichadas condiciones deben continuar.

Esto para muchos es una mala noticia; pero a otros les estimula para que actúen. Ello depende de que realmente se quiera verse libre de los miedos y preocupaciones. No puede hacerse, sin ejercitar la voluntad, sin cambiar los pensamientos para que sean positivos en lugar de negativos. Y esto no significa que uno sea positivo un minuto y al siguiente negativo.

HAY QUE PERSISTIR

Yo me río de las gentes que me dicen que mantienen el pensamiento adecuado.

"¿Por cuánto tiempo?, les pregunto. Y ellos me dicen:

"Bien, al menos por unos minutos".

Hay que dominarse para vivir los pensamientos adecuados, no unos minutos, sino día tras día.

¿Qué conseguirían en un partido de tenis si devolvieran unas cuantas pelotas, y luego se fueran a un lado, se sentasen unos cuantos minutos, luego se levantasen de nuevo, devolvieran otras cuantas pelotas y luego se sentasen otra vez? Sería una tontería, ¿verdad?

Pues bien, el juego de la vida se juega constantemente... y, para ganar hay que estar en el juego, le guste a uno o no. Hay que responder a todo, con toda la fuerza de que se disponga. Su enemigo es el miedo y la preocupación. El único modo de vencerlo es una acción agresiva, positiva.

Deje de tratar de huir. Mire a sus enemigos cara a cara y hágalos retroceder hasta que desaparezcan. Cuando se hace frente al miedo con el valor, el miedo huye. El miedo queda vencido, no tiene poder contra uno en cuanto se le ataca con valor y voluntad. No se puede ser positivo y negativo al mismo tiempo, una u otra cosa deben prevalecer. Puede tener la cabeza ensangrentada, pero mientras permanezca sin miedo, su voluntad derrotará a su enemigo el miedo. Este no puede dominarle bajo tales condiciones positivas.

Hay un antiguo dicho: "Uno no adquiere las úlceras por lo que uno come, sino por lo que le come a uno".

El miedo puede alterar el quimismo del cuerpo y hacerle a uno susceptible a todas las formas de la enfermedad. El miedo produce palpitaciones, indigestiones, falta de aliento, transpiración nerviosa, tensión nerviosa, reacciones alérgicas, y otras muchas reacciones físicas que, con el tiempo, se convierten en perturbaciones más graves.

—Tengo miedo de la oscuridad, miedo de caer, miedo del fuego, miedo de esto y de lo otro; en realidad, tengo miedo de todo —me dice alguna gente.

— ¿Y qué hacen para remediarlo? —les pregunto.

— ¿Qué puedo hacer? —responden muchos— ¡Me asusto, eso es todo!

Asustados, asustados. Cuanto más lo repiten, más miedo tienen. ¡Las cosas similares se atraen! Una bola de nieve, y un alud al final. A menos que uno rompa la bola de nieve del miedo, éste se lo tragará a uno.

Si da a sus miedos una oportunidad de crecer, y los nutre con nuevos temores, tendrá delante de sí una oleada.

La preocupación es la hermana del miedo. Iba a decir que es la consorte.

George Washington Lyon ha dicho: "La preocupación es el interés que pagan los que piden cuitas prestadas".

John Bunyan dijo que podía eliminar las preocupaciones dos días por semana. Escribió: Hay dos días en la semana en que no me preocupo jamás. Dos días libres de cuidado, que se mantienen sagradamente libres del miedo y de la aprensión. Uno de estos días es ayer... Y el otro mañana!

Ahora, si se puede eliminar el miedo y la preocupación del ayer y del mañana, sólo queda eliminarlo del hoy, y se le ha vencido ya. Ah!, pero el hoy es el único tiempo que se vive. Hoy es cuando hay que hacer frente a la realidad. Hoy es cuando tiene que hacer algo constructivo o destructor. Hoy, antes de que se convierta en ayer es la oportunidad que tiene de avanzar o retroceder. Hoy, antes de que se convierta en mañana, es su oportunidad de tener una base mejor para su porvenir.

¿Qué hacer con el hoy? ¿Lo está llenando de los miedos y las preocupaciones usuales, garantizando de esa manera que el mañana sea una repetición del hoy?

El pensamiento positivo y el negativo dominan el mundo para bien y para mal.

Cualquier subida o bajada del sistema económico del mundo en que vivimos se debe enteramente a nuestra manera de pensar. Cuando los grandes líderes mundiales, los estadistas, los financieros, los economistas, los que influyen directamente en el pensamiento de millones de seres en todos los lugares del mundo, permiten que la depresión entre en sus planes, entonces las vibraciones del miedo entran en los planes de esos millones y los negocios se paralizan. Cuando los líderes del mundo cambian de modo de pensar, se olvidan del miedo y avanzan en vez de retroceder, entonces los pensamientos de millones de seres varían para mejorar, y los negocios mejoran a la vez.

EL MIEDO, LA PLAGA DE LA HUMANIDAD TIENE QUE SER VENCIDO

Hoy el mundo está lleno de miedo. La amenaza de las bombas A y H, y de otras armas nuevas, pende sobre el mundo. Bajo tales horribles condiciones, no es de extrañar que la vida económica de millones de seres de todas las tierras, esté en un delicado estado de desequilibrio, y que el miedo de una tercera guerra mundial exista en las mentes de grandes masas de personas. Añádase a esto los profundos odios y resentimientos que hay entre las diferentes razas, los miedos y recelos que, desdichadamente, existen, y se requiere una gran fe y valor en el individuo para que mantenga la actitud mental adecuada. Pero, frente a todo esto, es absolutamente imperativo que se aprenda a dominar las emociones —los miedos y las preocupaciones—, que se espera confiadamente el recibir una guía del poder interior, de modo que uno se sienta seguro, pase lo que pase en el mundo, de forma que podamos hacer todo cuanto esté a nuestro alcance para mejorar las condiciones de la comunidad y extender nuestra influencia benéfica todo lo posible.

¡Sea positivo! Sea valiente, crea, tenga fe, prepare su mente hoy de modo que hasta cierto punto pueda ser el dueño de su porvenir individual.

Recuerde esto: los seres humanos son seres humanos en todas las partes del mundo, ya sea en Praga o en Timbuctú; todos están sometidos a las mismas emociones, a las mismas influencias, a las mismas vibraciones; ¿y qué es una comunidad, una ciudad, una nación, sino una agrupación de seres humanos?

Nuevamente: El hombre es lo que él piensa en las profundidades de su corazón.

Tal como los miembros de una comunidad piensan, así es la comunidad; tal como una ciudad piensa, así es la nación. Haga su contribución al pensamiento de la época y el lugar en que vive. Su actitud positiva ayudará a que sean positivas otras actitudes. No se preocupe de los fracasos... ni de los obstáculos.

Cuando un tren cruza la carretera, usted aplica los frenos a su coche, y deja el motor parado. En cuanto el tren pasa, lo pone en marcha de nuevo, pero, desde luego no va hacia atrás.

Compárese con su automóvil. Deje atrás todos sus miedos y sus preocupaciones. Cuando las cosas se ponen mal, en lugar de alterarse y perder el dominio de sí, limítese a aplicar los frenos y parar el motor, hasta que esté libre el camino.

Arriba está todo cuanto desea: salud, dinero, dicha, triunfo. No hay poder en el mundo, excepto su mano, que pueda mover su automóvil. Si ésta marcha hacia atrás, recuerde ¡que sólo usted es el causante! Lo ha hecho ir así, con sus pensamientos, porque:

No hay nada bueno ni malo, es el pensamiento el que lo hace así. ("Hamlet", acto II, escena 2.)

Por lo tanto, según se piensa, se mueve uno hacia atrás, la preocupación y la irritación, usando el tap, tap, tap, llevan a la realidad las cosas que uno más desea evitar.

Dígase: "Desde este momento voy a ser positivo". Y dígalo con toda sinceridad.

Ponga un muro de acero tras suyo para que no pueda retroceder ya. Cierre la puerta del ayer y manténgala cerrada. Luego vaya hacia delante, aumentando cada vez más la velocidad.



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