
Lemas
Confianza en sí mismo, en las facultades y en la propia fuerza y fortaleza.
Ser consciente y liberarse de los miedos.
Esperanza, seguridad.
Confianza en la existencia.
La confianza de nuestra infancia
La energía de El Morya
Nos lleva a recuperar la confianza en nosotros mismos esa confianza que experimentábamos en nuestros primeros años de vida.
Nos conduce al estado en el que nos encontrábamos en nuestra infancia: a recobrar de nuevo la confianza que teníamos desde nuestro primer aliento, cuando nos dejábamos mecer en brazos, cuando aprendimos a caminar y desde que empezamos a dar un paso más en nuestra vida.
Transforma la experiencia de sentimos abandonados, desamparados y desvalidos, separados de nuestros seres queridos. Aunque el miedo nos cree inseguridad en más de una ocasión, esta energía no permite que este miedo nos vuelva a dominar.
Tenemos una confianza absoluta en nuestra existencia. Sabemos que todo sucede para nuestro bien, aunque en ocasiones nos parezca desagradable o negativo.
Indicaciones para esta situación
A lo mejor dudas en el momento de ti mismo, de tu capacidad para conseguir aquello que te has propuesto, aquello que te queda por hacer.
A lo mejor piensas en dar marcha atrás, en abandonar tu proyecto. A lo mejor sientes que todo lo tienes que hacer solo, que nadie te echa una mano, que no te puedes fiar de nadie.
Pero es importante poder confiar y actuar desde esa confianza fortalecidos y marcándonos una meta aunque los miedos y las dudas te atormenten o quizá nunca lleguen a desaparecer del todo esos miedos y esas dudas, pero ¿vas a permitir que ellas determinen tu vida?
Aunque tampoco debes confiar ciegamente. Es también muy importante asegurarse bien y verificar.
¿Qué te impide en el momento tener confianza en ti mismo y en los demás? ¿Qué pensamientos y sensaciones experimentas cuando deberías confiar en otras personas o cuando das un paso hacia lo inseguro? ¿Qué miedos o pensamientos angustiosos te martirizan?
Interpretación de la carta
El observador mira como a través de una puerta al universo, al infinito. Hay un embrión albergado en el círculo de la unidad, unido aún al cordón umbilical y siendo alimentado por una energía divina. Esta energía fluye también hacia esas dos personas que aparecen en la carta, las alimenta a través de su corona de chakra.
El embrión y las dos personas se encuentran en el seno materno simbolizado por las alas de dos seres angelicales, uno claro y otro oscuro. Un ala forma un regazo portador, mientras que el otro se despliega en actitud protectora.
Ambos ángeles nos confieren tanta confianza, protección y fuerza que incluso no nos da miedo contemplar al más oscuro, aceptando así las sombras y los miedos.
Reconocemos también al ángel oscuro como ángel de la guarda o protector. Las dos figuras humanas de la carta miran hacia delante con esos ojos tiernos e infantiles, totalmente abiertos y llenos de confianza y de curiosidad.
Ambos se rozan, pudiendo percibir la cercanía uno del otro.
La tierra también está alimentando a esos dos seres humanos como se ve representado por el zócalo oscuro de la base.
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Extraído http://www.metirta.com/04-el-morya-maestros-ascendidos.php
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