La transcomunicación
instrumental ha abierto una nueva era en la comunicación con el más allá,
recibimos imágenes de otras dimensiones o mundos paralelo, conocidos como
mundo astral y espiritual. La cuarta Dimensión o Mundo Astral, es el
mundo que como una realidad objetiva, se abre ante nuestras percepciones, más
allá de la muerte. El que quiera observar los hechos con mente abierta,
no podrá negar la existencia de otras realidades Paralelas, constituidos por
átomos y partículas subatómicas en diferentes vibraciones. Todas las religiones
han enseñado que en el ser humano existe una realidad trascendente que perdura
en el más allá y que llamamos Espíritu, Yo Superior, Ser Interior, Yo Soy.
Si, está claro
que la vida en la tierra solo es un periodo de prueba y
experimentación para la vida espiritual. Si el ser humano es un ser espiritual
e inmortal y su cuerpo físico es solo un vestido material. Cabe preguntarnos
¿para qué acumular y acumular riquezas y dinero? todo lo tendremos que dejar al
morir, de que sirve atesorar aquello que es perecedero. Es evidente que
estamos de paso por la vida y que las auténticas metas que venimos a conquistar
son metas espirituales. Son los tesoros eternos del Amor, de la paz, de la
sabiduría, de los valores o virtudes y la belleza espiritual; lo único
que podremos llevarnos más allá de la muerte, serán nuestras conquistas
eternas.
Una nueva
consciencia se abre ante la vida, estamos de paso por la tierra, vivimos
un proceso de evolución y desarrollo espiritual para transformarnos
en seres de luz, en seres puros, en inmortales, en nuestro ascenso hasta que
seamos Ángeles (seres cósmicos).
Este proceso
de madurez, requiere de muchas vidas, que pasan como las páginas de
un libro. Vamos acumulando en cada vida las experiencias, para nuestro
crecimiento: la luz, el amor, la verdad y la belleza eterna. Es evidente
que una vida pasa muy rápidamente y no da para aprender todo o para
experimentarlo todo. A través de cada vida, nos vamos transformando y vamos
reflexionando sobre los errores cometidos contra la vida, la evolución y las
personas, hasta que nos transformamos en ciudadanos del Mundo Espiritual, en
hombres Luz, pasamos a formar parte de la familia que es la hermandad
blanca, en el mundo espiritual. Es en este momento, que nuestro ser espiritual
nos revela los secretos de nuestra evolución, la sabiduría de todas nuestras
vidas y nos es permitido penetrar en los secretos del universo.
Voy al mundo y me
descubro a mí mismo en el encuentro con los demás. Penetro en mí mismo y
descubro al mundo dentro de mí. Me conozco a
través de los demás, los demás son el espejo donde proyecto mis debilidades,
mis pensamientos, mis traumas, todo lo que no me gusta de los demás y es
aquello que en el fondo no me gusta de mí mismo, no acepto de mí mismo. Lo que
me molesta de los demás es todo aquello que me molesta de mí mismo. En mi
interior están los filtros subconscientes de experiencias y actitudes que me
llevan a ver en los demás aquello que está en mi interior.
Aceptarme tal
cual soy, lo positivo y lo negativo, con traumas y preconceptos, es el primer
paso para iniciar mi camino de despertar. La conciencia clara de mi mismo y el
autoconocimiento real de mi existencia, es el motor de toda
transformación. Solo cuando me veo tal cual soy, soy capaz de comprender y
tolerar a los demás, solo amándome a mi mismo tal cual soy, podre amar a los demás
tal cual son, con sus defectos y debilidades, pues en la humildad de mi
consciencia sabré reconocer que todos estamos en el camino para la luz y si yo
no tengo este defecto que tiene mi amigo, seguro que tendré otro defecto, que
en él es virtud. Tolerar el querer ajeno, aceptarnos y aceptar a los
demás como son, es la base de todo crecimiento espiritual, en el Amor
Universal.
La base de
toda autotransformación es la observación permanente de lo que pienso, de
lo que siento, de lo que digo, para descubrir los motivos reales de mi actuar y
para aprender a crear el silencio mental, la quietud interior. Cuando soy capaz
de mantener mi mente en calma, en silencio, sin juzgar, permito que los
fenómenos me hablen por si mismos, sin poner los filtros de mi subjetividad. Al
observar en silencio mental, dejo que todo me muestre sus por qués, sus motivos.
En las personas siento las razones y las experiencias de su modo de ser y
actuar.
En la naturaleza,
detrás de los fenómenos, observo sus leyes y detrás de las leyes, descubro a
los seres del mundo espiritual, actuando como creadores, cuidando de la vida,
de la naturaleza y del universo. Son los elementales, las hadas, los espíritus
de la naturaleza, los ángeles o Mentores, los Ingenieros Siderales, las
Consciencias Logóicas. Todo a mi alrededor está vivo, todo en el universo es un
mar de seres trabajando por el placer de amar, cuidando de la vida,
de la naturaleza y del universo. La objetividad implica en mí mismo una
observación multidireccional, en varias direcciones, sobre mi actuar,
escuchando las opiniones de los demás, para no quedarme cerrado en dogmas,
preconceptos, fanatismos, rigideces. Estar en constante transformación me lleva
a cuestionarme permanente mis patrones de conducta, mi forma de ver la realidad,
las representaciones que tengo de los demás, para no quedarme estático,
estancado.
Cuando
mantengo una representación, una etiqueta, de otro ser, estoy en un punto de
vista unilateral, subjetivo. Sin embargo, al ampliar más y más nuestros
puntos de vista, nuestra forma de percibir, nuestras percepciones; abriendo un
espacio en nuestro interior para encontrarnos con los demás como si
fuera cada día la primera vez, volviendo a intentar nuestra comunicación.
La objetividad son 360 grados alrededor de una idea, de un acto, de un
fenómeno, de mi propia experiencia.
Nadie tiene esa
percepción total y debe aceptar, humildemente, que algo de la percepción del
otro es real y algo de su percepción está fijado en el pasado. La verdad no es una
teoría, esto implica que solo experimentando, viviendo, podrás estar en la
realidad, en evolución. Si no has vivido algo, abstente de juzgar y criticar;
no debemos hablar de lo que no conocemos en profundidad. Criticar sin conocer y
sin experimentar, por mera interpretación de libros, es estar fuera de la
realidad. Es un conocimiento muerto, teórico, con el que te has identificado,
te has cerrado en tus paradigmas, a tus patrones científicos, culturales
y religiosos, que te han programado desde la infancia e impiden expresar tu
esencia interior. Estar abierto a que la vida te muestre su belleza, sus leyes,
su sabiduría; estar abierto a sentir y compartir, es fluir con la vida y
experimentar lo que nos une en el corazón a los demás seres.
Jesús nos explicaba,
solo si te vuelves como un niño podrás entrar en el reino de los cielos, en
la vida nueva. VOLVER A SER PUROS Y CONSCIENTES COMO SABIOS.
Conocerás la
verdad y la verdad te hará libre. la verdad es una realidad, que el
ser humano tiene que descubrir, es el mundo de los ideales, la utopía del mundo
espiritual y de tu ser que quiere manifestarte en tu vida, como felicidad, a
través del desarrollo de todas tu potencialidades creadoras. Los rayos de Luz
espiritual, constantemente nos llegan queriendo expresar nuestra esencia que es
nuestra naturaleza espiritual, es nuestro destino eterno, vivir la
utopía en el tercer milenio. Volveremos vida tras vida hasta que nos
transformemos en la utopía, en Ángeles.
Vive la
felicidad como un acto de comunicación y creación. En la pureza del amor
impersonal, eres libre para compartir desde la afinidad, los ideales del
corazón, la paz del amor y la ternura de la creatividad. En la comunión amorosa
dos seres se transforman en uno, el universo se ama a si mismo a través de
todos los seres que se aman y se recrean a si mismos, vibrando en el amor
universal en todas las células, en todos los seres, desde la libertad y la
afinidad de compartir, nuestros sentimientos, nuestros ideales y nuestros actos
de entrega.
El universo se
expresa y llega a su plenitud en el Amor Universal, que se crea en el encuentro
amoroso, es el infinito manifestándose en: la unión, la comunión, la
creatividad por amor al amor en sí mismo. Ábrete, se puro, vacíate de dogmas,
prejuicios y resentimientos para que el Amor pueda expresarse en toda su
plenitud. La felicidad no se recibe de nadie, se crea en el interior y se da
por Amor al darse. Sé feliz haciendo felices a los demás. Toda utopía son
los ideales que existen como una realidad en el mundo espiritual y en
otros planetas del universo. El mundo de las ideas, el mundo espiritual es la
realidad y el mundo físico de la forma, de la apariencia, el mundo materia, es
un proyecto evolutivo, los seres humanos tenemos que vibratoriamente integrar
el mundo espiritual en el físico, esto es la transformación de la Tierra. Las
Jerarquías están proyectando la tierra utópica, para que se plasme en el
próximo milenio.
A través de la
elevación vibratoria y de la práctica de la fraternidad, el holograma de
la nueva Tierra, se va anclando en el planeta. El camino de la raza
dorada en el Tercer Milenio, será vivir los ideales en la realidad, hacer
coincidir el mundo físico con el mundo de las ideas, el mundo espiritual.
Los ideales son la fuerza para el gran cambio, son la fuerza del progreso
de la humanidad, atraen a nuestras mentes el mundo espiritual, para
mantenernos firmes y perseverar hasta la realización de nuestras metas.
Los ideales son pensamientos poderosos que tienden a realizarse,
son poderosas imágenes que inundan de luz toda nuestra realidad.
El Tercer
Milenio será el milenio de los artistas de la luz, que busquen expresar la
belleza, la bondad y la universalidad, a través de sus obras. Donde expresan de
forma poética, una realidad superior, elevada, mostrando los caminos de
la experiencia pura y del pensar puro. Es la sensibilidad, la
devoción, la admiración, lo que nos comunica con nuestro ser
espiritual y desciende la armonía de las esferas, a nuestra realidad. La
nueva era será una era de comunicación y sensitividad donde percibiremos a los
seres espirituales de la naturaleza y donde nos comunicaremos
constantemente a través del viaje astral, con nuestros familiares, en el
mundo astral. El desdoblamiento nos permitirá vivir a plena consciencia en el
mundo físico, en el astral y en el espiritual.
Antonio Cerdan