Capítulo IV DETÉNGANSE PIENSEN Y ANALÍCENSE de CLAUDE BRISTOL en EL PODER ESTA EN USTED





IV

DETÉNGANSE! ¡PIENSEN! ¡Y ANALÍCENSE

"La verdadera grandeza de un hombre reside en la conciencia de un propósito honrado en la vida, fundado en una justa estima de sí y de los demás, en un autoexamen frecuente y en la constante obediencia a la idea que considera justa, sin preocuparse de lo que los demás puedan pensar o decir, o de si hacen o no lo que él piensa, dice y hace".
MARCO AURELIO


Yo doy por sentado que no existe ningún hombre ni mujer inteligente que no estén realmente interesados en progresar, pero con frecuencia me he preguntado si no hay una cualidad negativa o alguna inercia en la mayoría de nosotros que nos impide lanzarnos.

Voy a repetir una antigua historia: 

Dos negros estaban dormitando en las laderas del Misisipí. Uno de ellos bostezó, extendió los brazos y suspiró:

—Ay, querría tener un millón de sandías.

EI otro negro preguntó:

—Rostus, si tuvieras un millón de sandías, ¿me darías la mitad?

¡No!

— ¿Me darías un cuarto?

—No, no te daría un cuarto.

—Rostus, si tuvieras un millón de sandías, ¿me darías diez?

¡No, no te las daría!

— ¿No me darías siquiera una sandía?

Mira, Sam, no te daría siquiera una raja, si tuviera un millón de sandías.

— ¿Por qué, Rostus?

— ¡Porque eres demasiado perezoso para desear por ti mismo!

Esta historia tiene muchas enseñanzas. Ya lo verán cuando sigan adelante.

Estoy seguro de que algunos de ustedes se burlarán. Siempre ha habido burlones, pero los burlones no han llegado jamás a ninguna parte. No han triunfado nunca en la vida, sino que simplemente se han llenado de envidia mientras que las personas que progresan tienen que rodearlos o pasar por encima de ellos. En la vida no tienen más valor que el de la molestia que producen.

Algunos de ustedes desecharán todo esto, como han hecho antes —como harán siempre—, pero para los que estén interesados y deseosos de aprender, les prometo que pueden hacerlo, y progresar individualmente.

Es más fácil ir con la corriente que luchar en contra de ella, pero hay que armonizar con los demás, con todo lo que a uno le rodea.

Hablo con las palabras de un gran filósofo: "No sólo debes respirar de acuerdo con el aire que te rodea, sino hacer que tu inteligencia esté en armonía con la inteligencia que abraza todo".

Se necesita poco esfuerzo para respirar, pero el pensar sí exige un gasto de energía. Yo no tendría que explicar que les estoy sugiriendo que se pongan de acuerdo con la corriente de la vida misma. Los que entiendan apreciarán que la naturaleza proporciona medios para que todas las cosas crezcan bien.

Mediten un momento y se darán cuenta de que estoy diciendo verdades que muchos pueden haber olvidado. Hay la ley fundamental de la compensación que arregla todas las cosas.

No hay regla fija para nada, porque algunos procedemos de un modo y otros de otro, igual que dos personas pueden atravesar el río... una va por un puente, y la otra por el otro... pero ambas llegan, finalmente a su destino. En otras palabras, después que todo se ha dicho y se ha hecho, lo que importa es el resultado, y si han decidido lo que desean exactamente, y siguen las sencillas reglas que aquí se dan, conseguirán lo que se proponen.

¡Ha llegado el momento de que se detengan a pensar y se analicen!

¿Qué es lo que creen que son y por qué?

¿Creen que obtienen de la vida lo que debieran? ¿Creen que le dan lo debido a la vida?

La vida, como saben, es un intercambio. Es un don de Dios, el Gran Creador. Pero desde el momento en que nace, uno es básicamente dueño de sus actos. Hay que lanzar el primer suspiro para vivir, y hay que tener un razonable cuidado del cuerpo, o de lo contrario se padecerán enfermedades. Hay que usar la cabeza, y lo que hay dentro de ella, para algo más que una percha de sombreros. Si no lo hacen no llegarán muy lejos, ni con su mente ni con su cuerpo.

El estado en que se encuentran actualmente depende en gran parte de lo que han estado pensando y haciendo durante toda la vida. Nada les ha sucedido por accidente. Son la suma total de todas las causas y efectos originados por sus actitudes mentales y emocionales. Su resultado final es lo que son ustedes, ¡en este mismo minuto!

Mírense al espejo. Estudien todos sus movimientos. Cuenten una historia. Cada movimiento representa un rasgo de su personalidad. Examinen su cara: indica su modo de pensar. Sus ojos, ¿Qué les parecen? ¿son claros y directos? La persona que ve en el espejo es la que ven las otras personas. ¿Qué clase de
impresión quiere producir? Esto es enteramente cosa suya.

Usted sabe si tiene o no personalidad. Si no la tiene, o está por desarrollarla, decídase a tenerla. Puede tenerla y la tendrá, cuando se decida a hacerlo del modo que yo le he sugerido.

¿Qué es la personalidad? ¿Qué experimenta usted cuando se ve en presencia de otra persona que tiene personalidad? ¿Qué es lo que produce el que su sola presencia le eclipse a usted?

No es más que la fuerza dinámica unida al poder de la voluntad que dicha persona extrae del inmenso reservorio del inconsciente.

Hay millones de personas que tienen personalidad (algunos dicen que es natural en ellos, y quizás lo es, pero están usando inconscientemente ese poder). Les ha sido dado, o lo han ido desarrollando sin darse cuenta de ello, desde los primeros años de la vida, y cuando eso que llaman personalidad es apoyada por la fuerza de la voluntad, se producen acontecimientos.

La personalidad atractiva es la del hombre o la mujer que posee confianza y seguridad en sí. Toda esta gente tiene un propósito: saben a dónde van, y cómo ir hasta allí; y la intensidad de su propósito se refleja en su cara. Tienen aplomo. Atraen a los demás como el imán atrae el hierro. Todo el mundo se
agrupa en torno a una personalidad radiante.

Cuando aprendan a conocerse, podrán desarrollarse la misma intensidad de propósito, de esa determinación de progreso. Y, poco después, esta determinación se verá en sus ojos, su habla y sus actos.

Han oído decir a la gente que hay ciertas personas que tienen una mirada penetrante, que miran a través de uno. ¿Qué es eso? Nada más que el fuego interior —la intensidad—, o como quieran llamarlo, que significa que la persona que lo tiene generalmente obtiene lo que desea. Atrae, manda, obliga.

Recuerden que los ojos son las ventanas del alma. Miren las fotografías de todos los triunfadores. Estudien sus ojos, y hallarán en todos ellos esa intensidad. Por lo tanto, deben hacer que ello se refleje en su modo de andar, en su actitud, y dentro de poco la gente advertirá su presencia cuando se abra paso entre una multitud, y la gente se dará cuenta de esa personalidad cuando usted habla con ellos. A mi modo de pensar, el vender bonos, libros, ropas, seguros, máquinas eléctricas o de lavar, es lo mismo que vender la personalidad de uno, sus ideas. Yo he hallado que al tratar de imponer una idea, antes he tenido que creer en mí y en mi idea. También he hallado que hay que saber de lo que uno habla, y esto sólo puede hacerse mediante un estudio personal persistente.

¿Cuánto sabe acerca de sí, y cuánto del mundo en que vive?

La clase de personalidad que usted expresa, depende de este conocimiento. ¡Uno no puede expresarse con tranquilidad y seguridad, a menos que se posea una conciencia de lo que es uno, de lo que es el mundo y de lo que son los demás!

¡DESPIERTEN! ¡APRENDAN A CONOCER LO QUE TIENEN A SU ALREDEDOR! ¡OBTENGAN UN ENTENDIMIENTO!

Ustedes pueden desarrollar su personalidad manteniéndose al nivel de los asuntos mundiales. Manténganse informados. Averigüen todo cuanto es interesante acerca de la gente que conocen o pueden conocer, para que puedan hablar con ellos de más cosas. Nunca se sabe lo que le puede interesar a un amigo nuevo, y a veces es necesario llamar su atención, tratando de temas originales. No se puede siempre iniciar una conversación acerca del tiempo o de los dolores y penas de uno. Lean los  periódicos, las revistas, escuchen los programas de radio de importancia, y a los comentaristas de televisión.

Usen los ojos y los oídos. Asegúrense de estar a la última moda. No me refiero a que conozcan los últimos detalles de un asesinato o un suicidio, pero conozcan un resumen de las actividades diarias, en su país y en el extranjero. De este modo se ensanchará su perspectiva.

¡No olviden jamás... el conocimiento es poder! Esto puede parecer una historia vieja, ¡Pero es cierto!

¿Quién escucha a una persona egocéntrica, ignorante y mal informada?

Aumenten sus conocimientos y la esfera de sus actividades aumentará también, al igual que el deseo de hacer cosas más grandes. Al aumentar su deseo, las cosas que antes creían que deseaban se harán triviales para su mente, y las desecharán, lo cual es otra forma de decir que cuando se engancha el carro a una estrella, se avanza a la velocidad del rayo. Estudien, aprendan y trabajen. Desarrollen el espíritu de observación. Pongan el pie en el acelerador. Mejor aún; empleen propulsión a chorro.

Reanímense para ustedes mismos, y entonces contagiarán esa vida a los demás. Sólo bastará con su presencia. Contagiarán su magnetismo y serán populares gracias a ello.

Ya han oído decir a la gente: "Me anima mucho estar con Fulano de Tal. ¡Siempre me da vida!"

Llénense de entusiasmo y de confianza, liberen ese "fuego interior" —ese algo—, y verán cómo todo vibra en torno suyo. Esa es la teoría de toda la vida, tan vieja como el mundo. Las cosas iguales se atraen, ¡tap-tap-tap!

Estoy repitiendo esto, pero no me importa que ustedes lo hayan oído muchas veces. Quizás si lo repito con la suficiente frecuencia — ¡tap-tap-tap!— no lo olvidarán. 

La risa engendra la risa, el amor, el amor, una acción buena da lugar a otra, sigan así ¡Esto sirve! ¡Es contagioso! ¡La antigua ley de la atracción no falla!

Pero no crean que lo único que les recomiendo es que deseen, sentados y repitiéndose lo que quieren, y que de este modo obtendrán lo que desean.

¡No es tan fácil! Los deseos tienen que estar apoyados por la voluntad. Y eso no es todo. El deseo y la voluntad tienen que estar coordinados, y sincronizados hasta un punto en que operen en perfecta armonía. Cuando uno está armonizado, la personalidad se desarrolla. Entonces hay que poner acción y energía en su proyecto, y todo saldrá a pedir de boca.

Doy por sentado que todos admiramos a este tipo de persona. Me refiero a la persona que lleva los hombros rectos, el pecho saliente, la cabeza alta y la mirada alerta. Es muy fácil descubrir en cualquier organización a las personas que arrastran los pies, que tienen los hombros caídos y los ojos sin expresión. Son los vagos. Los desertores.

DESCUBRAN LAS FALTAS

Primero mídanse. Luego estudien a las personas con las que están asociados, y podrán decir, casi de una ojeada, los que van a progresar y los que están condenados al fracaso.

¿Están ustedes cerca de éstos? ¡Apártense entonces de esa categoría!

La culpa, querido Bruto, no es de nuestra estrella. Es nuestra, por ser subordinados. William Shakespeare escribió esto, como saben, y en sus escritos se ve claramente que supo usar en su vida el poder interior. Se elevó por encima de los seres vulgares, y se ganó un lugar inmortal en la literatura, gracias a su confianza en el poder creador de su interior. Sí, usted tiene la culpa si no es lo que usted quiere ser, y no se halla donde querría estar. Si usted es tímido, atrasado, rutinario y subordinado, la culpa es suya. ¡Cúlpese a usted! Cambie de sistema. No apunte bajo, sino alto. Dedíquese a imaginar
lo que realmente quiere y todo le saldrá bien.

Advierta que el pensamiento puede operar en sentido contrario. Se puede ir hacia atrás, mediante un pensamiento erróneo, igual que se puede ir adelante, por un pensamiento acertado.

Esta clase de pensamiento erróneo ha traído depresiones y puede traerlas de nuevo. Si el hombre se asusta, si hay un número suficiente de individuos que sufren la obsesión del miedo y de la codicia, si la psicología de la escasez domina la Tierra, si gran número de personas se hacen demasiado exigentes, o se mueven con demasiada fuerza en un sentido, los mercados se alteran, y la economía mundial puede verse afectada.

Usted sabe que cuando está deprimido tiende a deprimir a los que están a su alrededor.

Cuando cae el barómetro, es signo de tormenta. Una boca de ángulos caídos conduce a muchas negativas. No lleve sus penas con usted. Nadie quiere compartirlas con usted. La gente tiene ya bastantes penas propias.

DEJEN DE LAMENTARSE

Imagínense haciendo un paquetito con todas sus preocupaciones y dejándolo a un lado del camino. Aun mejor, tírenlo por un puente para que la corriente se lo lleve y no vuelvan a verlo más.

Ustedes dicen: "¡Pero eso no se puede hacer!", y yo respondo: "¿Les ayuda a ustedes a resolver sus dolores de cabeza el dejarse abrumar por ellos?"

¡Incorpórense! Es imposible producir una buena impresión en los demás, el atraer las cosas buenas, cuando uno vacila bajo un peso de cosas que han sucedido ya, que no pueden arreglarse ya, y que no pueden arreglarse con lamentos.

Si las preocupaciones tuvieran el poder de resolver un problema, yo me preocuparía las veinticuatro horas del día, y les pediría que me ayudasen. Pero, desgraciadamente, las preocupaciones sólo multiplican los problemas.

Si ponemos en fila todas las preocupaciones crónicas del mundo llegarían hasta la luna.

Habrán visto a muchos hombres y mujeres que parece que van a echarse a llorar de un momento a otro. Pertenecen a la Funeraria.

Todo cuanto les sucede es malo o va ser malo. Han perdido temporalmente la capacidad de ver lo bueno en algo. No pueden disfrutar del presente, porque se están lamentando del pasado y temen al porvenir.

Uno de los hombres más sabios que he conocido, un hombre de gran desarrollo mental y espiritual, me dijo: "No olvide jamás que la vida es un asunto individual. Por mucho que desee a veces hacer responsables a los demás de sus pensamientos y sus actos, o escapar de las consecuencias de ciertas experiencias que se han tenido, uno vive en un mundo de causa y efecto —en un mundo donde nada ocurre realmente por accidente— y la persona establece las causas mediante sus pensamientos, buenos o malos, de las cosas que han de sucederle".

Yo he comprobado esto, una y otra vez, en mi propia vida, y lo mismo les habrá ocurrido a ustedes, si es que quieren reconocerlo. Pero cuando yo les he dicho esto a algunas personas, me han respondido: "Ese es un pensamiento terrible. ¿Quiere decir que yo he atraído el fracaso, la mala economía, la mala salud, la pérdida de los amigos, la infelicidad...?"

Y cuando yo les decía: "Sí, si eso les ha ocurrido no deben culpar más que a ustedes mismos", ellos contestaban: "¡Pero si nosotros no hemos imaginado eso!"

Quizás no lo hicieron... directamente. No se imaginaron fracasados, sin dinero, padeciendo una crisis nerviosa, haciéndose impopulares, perdiendo los amigos, acabando desdichadamente. Pero sus actitudes mentales se expresaban en estos pensamientos: ¿Quién diría que esto iba a ocurrirme a mí? ¡Es inútil...! ¡No puedo hacerlo! No quiero verlos... sé que no me van a gustar. ¡Qué mala suerte tengo!, siempre me
pasan cosas malas. Me siento tan mal que querría morir. Voy a la quiebra, esto no tiene remedio. Sí, hoy me siento bastante bien... pero esto no quiere decir nada, Mañana, probablemente me sentiré peor.
¿No son éstas unas sugerencias maravillosas? ¿Pueden estos mismos pensamientos atraer algo bueno?

Por el contrario, esta clase de pensamientos no puede traer más que un resultado. Sin embargo, muchos de nosotros, negligentemente, en momentos de depresión emocional, expresamos esos pensamientos, y luego nos extrañamos de que nos ocurran tantas cosas malas.

PREPÁRENSE PARA AFRONTAR LO QUE SEA

Por lo tanto, hagan inventario de sus prendas. Estamos viviendo, como saben, en una época terrible, en una época asombrosa. Para los que no tienen la mente preparada, ésta es una época aterradora y turbadora.

El tempo de la vida y de los acontecimientos aumenta grandemente. Las cosas se desarrollan a una velocidad mayor de lo que puede captar la mente humana. Y se preparan acontecimientos aún más asombrosos. Muchas cosas que se consideraban imposibles hace unos años, se han logrado ya. De ahora en adelante puede ocurrir cualquier cosa, ¡y probablemente ocurrirá! Hay que acostumbrarse a estar mentalmente alerta, a mantener el cerebro despierto, a trabar contacto con el poder creador interior, de modo que uno pueda adaptarse a los cambios que se avecinan; de este modo se tendrá la penetración, la comprensión y el valor para hacerles frente.

Hay que aprender a percibir la realidad —a aceptar lo que atrae a su experiencia pasada, a su razón y a su intuición—, y a reservarse el juicio de todas las cosas que no son familiares, hasta que se hayan comprobado personalmente.

No es bastante aprender las leyes de la mente. Hay que aprender a usar la mente de acuerdo con dichas leyes.

Ya conocen el antiguo adagio: "La fe sin la acción no sirve".

Tiene que trabajar en sí mismo si quiere desarrollar el poder creador interior, de modo que pueda hacer lo que está haciendo para otros.

Los triunfadores del mundo son los que saben imaginar, los que saben eliminar sus miedos y sus preocupaciones, los que saben permanecer interiormente tranquilos, cualesquiera que sean las circunstancias, y asumir una actitud mental positiva, y conservar la estabilidad emocional durante las tensiones. Esta debería ser su finalidad en la vida. Será su única guía y protección en el vertiginoso mundo actual.

ABANDONEN TODO PENSAMIENTO LIMITADO

Preparen ahora su mente, poniendo a un lado todo pensamiento limitado. Nunca vuelvan a decir que hay algo imposible, por imposible que pueda parecer por un momento. No se restrinjan ni pongan cerrojos a su mente mediante un pensamiento estrecho y prejuzgado. Libren su conciencia de sentimientos de resentimiento, antagonismo, odio y semejantes reacciones emocionales hacia los demás. Esta clase de pensamientos impiden pensar con rectitud, tener la perspectiva adecuada hacia uno y hacia los demás. Impiden su progreso, y evitan que el poder creador actúe a través de ustedes.

Ustedes pueden vencer los efectos que el pensamiento erróneo ha producido. Pero, para ello, tienen que obtener su control emocional; tienen que aprender a descansar físicamente, a mantener pasiva la mente consciente, y a imaginar claramente lo que desean. Tienen que aprender a librarse de los malos efectos que los pasados errores tienen sobre ustedes.

Las cosas semejantes se atraen (tap-tap-tap, vuelvo a repetir esto), lo bueno atrae lo bueno, y lo malo lo malo. Es una cosa bien sencilla, pero uno no puede enderezarse, sin enfrentarse con el pasado.

Hay hombres y mujeres que me dicen: "¡Pero si yo estoy tratando de olvidar mi pasado!"

Ay, la mente no opera así. Lo que pasa a la conciencia permanece hasta que mediante un acto de reconocimiento, resolución y voluntad, se cambia el cuadro.

¿Cuántas veces no se preocupan por algo que dice alguna persona?

Ustedes van acumulando en su cerebro el cuadro de cada incidente y sentimiento.

Cuando piensan en dicha persona, ustedes evocan hacia ella los mismos sentimientos, hasta que los hayan vencido. Si no los cambian, existen como irritaciones en la conciencia. Las irritaciones tienen a su debido tiempo un reflejo, alterando el estado físico, o determinando malas experiencias humanas. ¿Quieren evitar que estas pasadas irritaciones produzcan alteraciones semejantes en el futuro? Entonces tienen que apresurarse a borrarlas de su conciencia.

DEJEN DE ENGAÑARSE

Tienen que hacer su propio análisis. Ustedes se conocen mejor de lo que ningún amigo o pariente pueden conocerles, Ustedes pueden haber logrado ocultar sus sentimientos y pensamientos a los demás; pero en lo profundo de su ser, ustedes saben cuáles son los sentimientos que abrigan hacia los demás. Si estos sentimientos y pensamientos no son buenos, ¡apresúrense a hacerlos buenos! Perdonen a los demás lo que les hayan hecho.

Reconozcan la culpa que han tenido. No guarden rencores ni resentimientos. Estos envenenan la mente y el cuerpo, alterando la composición química del organismo, haciéndolo susceptible a toda clase de enfermedades. Los médicos atribuyen ahora estados como el artritismo, el reumatismo, algunas formas de epilepsia, y otras varias enfermedades, a perturbaciones nerviosas y emocionales. Se ha visto que muchos enfermos de cáncer retardan el avance de la enfermedad si dominan sus emociones y
mantienen una actitud optimista hacia su enfermedad.

"Ese algo" de la mente tiene un poder ilimitado —para vencer, curar, crear y atraer—, una vez que se ha aprendido a usarlo.

El desarrollo de dicho poder depende de cada uno. ¿Están dispuestos a hacer el esfuerzo? Si lo están vengan conmigo, de capítulo en capítulo, estudiando, aplicando...estudiando y aplicando, y cuando lleguemos juntos al final del viaje, tendrán la respuesta a sus problemas, y seguirán su camino triunfal... solos.


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Libro El poder esta en usted






Capítulo V CÓMO CREAR IMÁGENES MENTALES de CLAUDE BRISTOL en EL PODER ESTA EN USTED










“Mira dentro de ti. Dentro de ti está

la fuente del bien; que saldrá al exterior en cuanto caves”

ANTIGUO PROVERBIO

Antes de que puedan alcanzar, y dirigir "ese algo", necesitan saber el modo en que la mente funciona. El poder creador es la parte más importante de la mente de cada uno, pero es evasivo, intangible y difícil de llegar a él, conscientemente, a menos que se comprenda lo que es la conciencia interior.

¡Saben, por ejemplo, que realmente no piensan con palabras, sino que piensan con imágenes! Y porque piensan con imágenes, y no con palabras, sus mentes, en su funcionamiento "mecánico", operan igualmente que la del Hombre Primitivo, que vivió hace miles de años. Él también pensaba con imágenes antes del nacimiento del lenguaje. Cuando salía de la caverna familiar y se iba de caza, a su regreso a la tribu sólo podía contarles lo que había sucedido por medio de toscas pinturas, o grabados en las paredes de su caverna. Gradualmente, como el hombre primitivo fue teniendo imágenes de experiencias similares, y asociando con sonidos ciertos objetos y sucesos, sólo tenía que comenzar una pintura familiar, para que los que la miraban comprendiesen instantáneamente lo que quería decir. Estas pinturas primitivas, con el tiempo, se redujeron a símbolos, los símbolos se agruparon y dieron lugar a las letras, luego a las palabras y finalmente a las frases..., y así nació el lenguaje.

Pero a pesar de toda nuestra decantada civilización, con todos los lenguajes que poseemos, con el enorme vocabulario de palabras que posee el hombre moderno para describir sus sentimientos e ideas, y el mundo que le rodea, aún sigue pensando básicamente en imágenes mentales. Esto puedo probarlo fácilmente.

Piensen un poco y cuéntenme alguna experiencia inusitada que hayan tenido hoy. Al recordarla, ven con el ojo mental imágenes de lo que se hizo, de la persona que se conoció, según haya sido el incidente. Pero no pueden trasladarme lo sucedido hasta que encuentran las palabras, tengo que traducirlas en imágenes mentales, con el fin de ver lo que ha experimentado el que me lo cuenta.

Por lo tanto, es claramente evidente que ustedes piensan básicamente en imágenes, como he dicho. Esta es una de las cosas más importantes que pueden aprenderse acerca de la mente de uno. Y la segunda cosa importante es la siguiente: lo que ustedes imaginan, si se une con el poder interior, puede atraer cualquier cosa que ustedes teman o deseen.


EL PODER CREADOR ES COMO UN IMÁN

Esto es verdad porque el poder creador opera como un imán. Denle una imagen fuerte y clara de lo que quieren, y ese poder creador comienza a actuar magnetizando las circunstancias suyas, atrayendo hacia ustedes las cosas, recursos, oportunidades, e incluso las personas que necesitan, para que suceda lo que ustedes han imaginado.

¿No lo creen? ¡Piensen en su vida pasada! Recuerden las veces que han temido que ocurriera algo y que finalmente ha ocurrido. Ustedes quizás no se dieron cuenta, pero esas imágenes de temor impresionaron de tal modo "ese algo" interior, que atrajeron las circunstancias adversas, haciéndolos susceptibles a lo que temían.

Como comprenderán, el poder interior no razona. Sencillamente produce lo que se le pide en forma de imagen mental cuando está apoyado por fuertes temores o deseos. Por esta razón el poder interior es TNT, en favor o en contra de ustedes, según se piense de manera constructiva o negativa.

Entonces pueden entender cómo les han ocurrido ciertas cosas buenas o malas en su vida. "Ese algo" ha estado trabajando, y los resultados obtenidos han dependido de la clase de imágenes mentales que ustedes les han presentado.

Con esta base, ¿Cuál es el resultado de su vida? ¿Han tenido, hasta ahora, tantas experiencias dichosas como infelices? ¡En tal caso tienen que apresurarse a cambiar! Y pueden cambiar, inmediatamente, mediante un cambio fundamental en la actitud mental, venciendo los miedos y preocupaciones y reemplazándolos con un pensamiento positivo, confiado y valeroso.

No hay duda alguna cerca de ello (y no la ha habido jamás para los que han entendido el funcionamiento de la conciencia) ¡que el hombre es lo que imagina ser!

Recuerden siempre esto. Hagan que domine todo su pensamiento.

Conténganse siempre que tiendan a alterarse mental y emocionalmente, y a poner en su memoria imágenes destructoras e infelices. ¿Quieren dar esas imágenes para que las active el poder interior? ¿Desean que sus temores o deseos queden magnetizados, para que atraigan experiencias similares? Si no lo desean, abandonen inmediatamente dichas imágenes. Cámbienlas por otras mejores. Dejen todos los sentimientos de miedo o resentimiento, de envidia u odio, cualesquiera que sean, y sustitúyanlos por los sentimientos y actitudes mentales convenientes. En cuanto lo hagan, destruirán el poder que estas malas imágenes pueden tener sobre cada uno.


¡CUIDADO CON HACER UN MAL USO DEL TNT!


El TNT es maravilloso cuando se usa bien, pero ustedes se pueden destruir si lo usan de modo inadecuado.

Una vez que han limpiado su mente de las imágenes mentales y las reacciones emocionales erróneas, están dispuestos a imaginar, con fe y confianza, la realización de las cosas buenas.

La fe da energía al poder creador, "ese algo" de su interior. Más tarde diré algo sobre eso, pero tienen que creer que lo que imaginan, pasará. La duda destruirá su imagen, y quitará el magnetismo al poder creador, de modo que ustedes obtendrán un resultado a medias, ningún resultado, o incluso un mal resultado.

Imaginen lo que desean, como si ya lo hubieran logrado mentalmente.

Imagínense teniendo algo, siendo algo, o haciendo algo, como si fuera un hecho consumado. No traten de imaginar los pasos individuales que creen que han de llevarles a eso que quieren. La mente consciente es tan limitada en su funcionamiento —limitada por los cinco sentidos— que no se sabe cuál va a ser el mejor movimiento que se haga, ni la mejor dirección que se tome. Pero la mente subconsciente, "ese algo" interior, no está limitada por el tiempo ni por el espacio. Puede funcionar en todos los niveles y en todas las direcciones a la vez, ponerles en contacto con toda clase de oportunidades y gentes, que aún no conocen conscientemente.

Cualquier cosa que necesiten en el cuadro de sus deseos será atraída por el poder interior si persisten en imaginarla día tras día, y dedican todos sus esfuerzos a apoyar el deseo del corazón.

Esta técnica es muy sencilla de seguir. Producirá resultados infalibles, a su debido tiempo, si dominan el arte de la imaginación.

Pero yo deseo aclarar que hay dos tipos de mentes, ¡el imaginativo y el sensitivo! Si a ustedes les resulta difícil crear en su mente la imagen de lo que quieren en la vida, no se esfuercen en conseguirlo. Estamos frente a un tipo sensitivo... y todo lo que hay que hacer es concentrarse en un punto focal imaginario en el cuarto oscuro de la mente interior y sentir que lo que se desea ha sido logrado en la conciencia. Luego, lo que queda por hacer, es esperar a que lo materialice en el mundo exterior el poder creador magnético. Ustedes obtendrán los mismos resultados que los que encuentran fácil el imaginar.

¡TIENEN QUE APRENDER A DESCANSAR!

Claro que se da por descontado que antes de concentrarse en lo que uno desea, hay que aprender a descansar físicamente, y a dejar pasiva la mente consciente. ¿Puede descansar? ¿Puede separar su mente de su cuerpo de modo que pierda toda tensión, y usted no tenga la conciencia de su cuerpo mientras medita o imagina?

Muchos hombres y mujeres me han dicho que encuentran una gran dificultad en hallar la calma del cuerpo y de la mente. Sienten una tirantez en la nuca, en los ojos, en el plexo solar, en cualquiera de esos lugares.

Dicen que no se han dado cuenta de lo nerviosos que están hasta que han tratado de calmarse física y mentalmente. Algunos me dicen que su mente consciente está llena de toda clase de miedos y preocupaciones fragmentarias, y pensamientos confusos, que no pueden hacer un lugar para la imagen que realmente quieren.

No me extraña. Tantos de nosotros vivimos unas vidas tan agitadas. Hemos adquirido costumbres tan malas en nuestro modo de pensar, y pocos hemos alcanzado un control emocional digno de confianza. Toda clase de pequeñeces nos alteran, y llevamos con nosotros estas alteraciones. Nos siguen durante la noche, cuando tratamos de descansar y pensar en algo constructivo. EI resultado es que cuando nos calmamos, nos damos mayor cuenta aún de las molestias del día que vienen a ocupar el primer plano de nuestros pensamientos.

¿Cómo vamos a libramos de ellas? La pregunta es valiosa, y más valiosa aún la respuesta. Y tienen que hallar la respuesta si quieren imaginar con claridad sus objetivos mentales.

¿Ha oído que es imposible tener más de un pensamiento a la vez en la mente consciente? ¡Pues es cierto! En un momento dado, no puede tenerse más de un pensamiento consciente El secreto de la concentración es fijar la atención de la mente consciente sobre un punto focal imaginado en la conciencia, como en una pantalla mental. Conciba esa pantalla como extendida a través del cuarto oscuro de su mente interior, y mientras ponga su atención en ella, verá que los miedos y preocupaciones no pueden llegar a la pantalla.

¡PROYECTE SU PROPIA IMAGEN!

Tómese todo el tiempo necesario, y proyecte su imagen en dicha pantalla.

No trate de mantenerla allí demasiado tiempo. En cuanto sienta que el poder creador interior ha recibido la imagen, dígase: "¡Ya está terminada... ya ha sido creada", todo esto con gran convicción, y despreocúpese.

Si toma una foto con una cámara, no estaría abriendo la cámara y mirando el negativo para ver si la foto está revelada, ¿verdad? Tenga fe en que el poder creador —"ese algo" interior— hará el revelado para usted. Siga con sus actividades normales en la feliz espera de que lo que ha concebido está en proceso de materialización. Pero tiene que imaginarlo diariamente, varias veces por día, y por la noche, antes de acostarse, hasta que lo que haya imaginado o sentido, se vea convertido en realidad.

Ahora la pregunta es, ¿Qué se hace para que se realice lo que se ha concebido? No puede estarse uno sentado, esperando que el poder creador haga la labor por uno. El mejor modo de probar al poder creador que uno habla en serio, es ponerse a trabajar por su parte, y hacer todo cuanto se pueda para alcanzar el propio objetivo. A veces no se alcanza el objetivo que uno esperaba, sino que se llega a algo mejor.

Bill McDaniel era uno de los mejores agentes de seguros de Nueva York, creía en los superiores poderes de la mente, y atribuía su éxito al uso que había hecho de ellos. Operaba con la absoluta fe de que cuando imaginaba la venta de una póliza, era cosa hecha, Sin embargo, no se entregaba solamente a sus deseos. Hacía visitas, contactos personales y se ocupaba de la consumación de cada trato. Había veces que su intuición le decía que no debía apresurarse, que debería sentarse y esperar hasta que llegase el momento de actuar.

Una de estas veces fue cuando había estado tratando de vender a un agente de Wall Street una anualidad de cincuenta mil dólares. Aquel hombre era un hueso duro de pelar. Tenía una idiosincrasia bien conocida por los que trabajaban con él. Era un maniático de la puntualidad. Cuando hacía una cita con alguien, si la persona con que se citaba venía cinco minutos después, se negaba a verla. Tenía un gran sentido de su importancia y del valor de su tiempo. Pero como estaba mucho tiempo fuera de la ciudad, resultaba difícil citarse con él. Aquella mañana, Bill McDaniel tuvo suerte. Le había telefoneado y el hombre le dijo que le vería a las once en punto Bill tomó el subterráneo con tiempo sobrado para llegar a punto a la cita. En Times Square tuvo que cambiar de tren para Wall Street, y cuando marchaba presuroso entre la multitud, pasó ante una anciana, de origen extranjero, que asía un bolso anticuado y sollozaba de miedo y de turbación. Nadie se fijaba en ella. Era una de las pequeñas tragedias que pasan diariamente inadvertidas en Nueva York. Pero la imagen mental de la patética anciana se mantenía en la mente de Bill, mientras marchaba hacia su tren, que acababa de entrar. Miró su reloj de pulsera. Eran las once menos veinte. Dentro de unos minutos vendría otro tren. Podía llegar a la cita. Bill se volvió y corrió hacia la anciana.

—Hola, señora —la saludó—. ¿Qué le sucede? ¿Se ha perdido?

Ella le dirigió una mirada de esperanza.

—Sí, —dijo.

— ¿Cómo se llama usted y dónde vive? —preguntó Bill.

Ella movió la cabeza. —No lo sé.

¿No tiene parientes, un hijo o una hija?

No lo sé repitió ella tristemente. La pobre anciana estaba demasiado aturdida para pensar.

—Señora —dijo Bill—, ¿le molesta que mire en su bolso?

Ella se lo entregó.

BiIl abrió el viejo bolso y encontró un trocito de papel con, una dirección escrita sobre el. Era un nombre de mujer y el número de una calle de Brooklyn. Bill se lo leyó a la anciana y preguntó:

— ¿Es su hija?

— ¡Sí, sí! —dijo la mujer, cuyo rostro se iluminó—. ¡Mi hija!

— ¿Es allí a dónde iba? preguntó Bill.

— ¡Sí, sí!

Bill la tomó del brazo.


—Venga conmigo. No se preocupe. Todo va a salir perfectamente. Voy a llevarla a su tren. La hizo bajar la escalera. Un tren para Brooklyn se disponía a partir. Bill hizo una seña con el brazo al guarda del coche más cercano,

— ¡Un momento! —gritó—. Está mujer está perdida. Aquí tiene su dirección. Quiere ir a casa de su hija, que vive en Brooklyn. ¿Quiere ocuparse de que se baje en la estación adecuada y decir al jefe de estación que la ponga en un taxi o telefoneé a su hija para que venga a buscarla?

—Seguro, señor —dijo el guarda, tomando el papel con la dirección—. Suba, señora. Yo me ocuparé de usted.

Bill dejó a la anciana en su tren. Ella se volvió en el momento en que la puerta se cerraba, y le dijo con voz entrecortada, llena de gratitud:

— ¡Que Dios le bendiga!


¡CÓMO SE MANIFIESTA A VECES LA OPORTUNIDAD!

Entonces Bill miró de nuevo su reloj de pulsera. Eran las once menos siete minutos. Había perdido la cita. Era inútil ir a Wall Street. Su cliente no le recibiría, Si se hubiera tratado de otra persona que no fuera Bill, habría dicho: "Esto es lo que me sucede por ser el Buen Samaritano...he perdido la oportunidad de vender una anualidad de cincuenta mil dólares". Me confesó haber sufrido una gran decepción. Había planeado aquella entrevista durante semanas, y le costaba trabajo hacerse a la idea de perderla. Indudablemente alguien habría ido en socorro de la anciana, alguien que no estuviera tan corto de tiempo como él. Pero, por alguna razón, él no se hacía a aquella idea, no hubiera podido continuar su viaje sin hacer algo por la anciana. Quizás porque pensó que era la madre de alguien.

"¿Si fuera mi madre, no apreciaría que alguien hiciera algo por ella?

Bien, ahora todo había acabado, y se alegraba de haber hecho lo que hizo.

Le habría perseguido la mirada suplicante que la anciana le dirigió cuando pasó junto a ella, aquella mirada de desesperación, que pedía ayuda..., si él hubiera seguido adelante. Sin embargo, todos los días no se tienen clientes así...

Cuando se disponía a tomar otro tren para volver a su oficina, se le ocurrió de repente que estaba en las inmediaciones de la Quinta Avenida y la calle Cuarenta y Dos, donde vivía otro cliente suyo a quien le había sometido un proyecto de cien mil dólares de anualidad, unas semanas antes. Aquel hombre había estado en Europa, y Bill había leído en los diarios que acababa de regresar. Ya que estaba tan cerca, le convenía pasar para saludarle.

La sala de recibo de su cliente estaba tan llena de gente que Bill se marchó. No tenía una cita, y no le convenía esperar a tanta gente. Pero cuando se dirigía hacia el ascensor advirtió que la puerta del despacho privado del hombre estaba abierta. Era un cálido día de agosto, y al parecer necesitaba ventilación. Actuando impulsivamente, Bill entró. Con gran asombro suyo, el hombre se hallaba solo, estudiando unos papeles que tenía sobre la mesa. Alzó la vista y ambos hombres se miraron.

— ¡Bill Mc Daniel! —exclamó el hombre—. ¡Pase! ¡Qué coincidencia! Yo iba a telefonearle. He estado estudiando su proposición. Anoche tuve un accidente de automóvil, y decidí tomar un seguro mejor.

— ¡Pero tiene su oficina llena de gente! —dijo Bill.

—Que aguarden —dijo el hombre—, esto es más importante.

Cuarenta minutos después, Bill Mc Daniel salía habiendo vendido una póliza de cien mil dólares. Si no hubiera sido por la anciana... Sí, usted comprende...

—Aquello me proporcionó una de las mayores lecciones de mi vida —me dijo Bill al contarme su experiencia—. Uno arroja su pan a las aguas y le devuelven una torta.

En esto hay también una lección para ustedes. Conciba lo mejor que pueda lo que desea; haga cuanto pueda para que mediante sus esfuerzos logre lo que desea, y cuando las cosas parecen malas, no pierda la fe, porque quizás le lleven a algo mejor... ¡como ocurre muchas veces!

El pensamiento, al ponerse en contacto con "ese algo" manifiesta todo, con las excepciones naturales. Un solo pensamiento no apoyado —un chispazo desdeñado o perdido— puede compararse a un corcho, que flota a la deriva. Sin embargo, ese mismo pensamiento, la imagen de lo que se desea, si se mantiene constante, atrae el objeto, como un imán. Cuanto mayor y más poderoso sea el imán, mayor su fuerza atractiva, y lo mismo ocurre con el pensamiento sostenido. Cuanto más poderoso es, más atrae. Igual que un cristal de aumento atrae los rayos del sol, que al ser enfocados sobre un cierto lugar, provocan una quemadura, del mismo modo el pensamiento poderoso sostenido (la imagen mental vívida), actúa sobre su objeto. Sin embargo, hay que ver mentalmente la imagen de su objeto o ideal como si se tratase de una realidad... ver todos los detalles, como si existieran ya, como uno querría que el objeto o ideal fuera realmente... como si por arte de magia los eslabones se encadenasen.

Ahora vuelva a leer esto atentamente, para que quede permanentemente impreso en usted.


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